UNA CAUSA NACIONAL
LLAMADA EDUCACIÓN
Paraguay asumió la educación como una causa nacional. El gobierno, consciente de un sistema que durante décadas estuvo marcado por el abandono, decidió a acompañar a cada estudiante en todas las etapas de su formación: desde la estimulación temprana en los centros de atención integral a la primera infancia, pasando por la educación escolar básica con alimentación garantizada, infraestructura renovada y docentes mejor capacitados, hasta la expansión de oportunidades en la educación superior, con 6.796 becas que permitieron a jóvenes de todo el país acceder a la universidad. Esta política educativa no es solo una suma de programas: es una estrategia nacional de desarrollo que busca igualar oportunidades, potenciar talentos y preparar ciudadanos para un mundo exigente y global.
La formación docente constituye uno de los ejes más importantes, se diseñaron programas de capacitación contínua para educadores en todos los niveles, con enfoque en metodologías activas e innovación pedagógica. Además, más de 5.000 docentes fueron capacitados en nuevas didácticas, especialmente en matemática, mientras se consolidaron instancias nacionales de formación como el Congreso Aula Pyahu. Este proceso reafirma el compromiso del Estado con los maestros, reconociéndolos como protagonistas del cambio y acompañándolos en su desarrollo profesional. Se implementaron además herramientas tecnológicas y de gestión para modernizar el sistema.
Para los primeros años de escolaridad, se impulsaron iniciativas como el programa “Neli”, desarrollado junto con la Universidad de Oxford y se fortaleció el programa de lectoescritura “Ñe’ẽry” con el objetivo de fortalecer la comprensión lectora y el pensamiento crítico. La infraestructura educativa también experimentó avances significativos, garantizando entornos más seguros y dignos para el aprendizaje. A esto se suman programas como las tutorías personalizadas y la expansión de propuestas como el Bachillerato Internacional en instituciones públicas.
La transformación digital de la educación avanzó de manera integral, combinando la incorporación de tecnologías en las aulas con una mejora en la gestión educativa y el impulso de programas como “Jóvenes Conectados”. Estas iniciativas no solo ampliaron el acceso a herramientas digitales, sino que también contribuyeron a reducir brechas de aprendizaje y a fortalecer competencias clave para el siglo XXI. Al mismo tiempo, se promovió una mayor articulación entre la educación técnica y superior y el mundo laboral, a través de becas nacionales e internacionales, convenios con universidades y centros tecnológicos, y programas de formación profesional. De este modo, se busca garantizar que los jóvenes cuenten con las capacidades necesarias para acceder a oportunidades reales de desarrollo en su propio país.
Hoy Paraguay abraza la educación como el puente que une a las generaciones con su futuro. Cada aula reparada, cada niño alimentado, cada joven que accede a una beca o retoma sus estudios, representa un paso concreto hacia ese Paraguay que soñamos.
Invertir en educación es confiar en la capacidad de nuestra gente, es sembrar esperanza donde antes hubo abandono, y es abrir caminos reales para que más paraguayos y paraguayas vivan con dignidad, oportunidades y libertad. Porque una nación fuerte se construye cuando sus hijos y sus hijas tienen las herramientas para imaginar su futuro y hacerlo posible. Esa es nuestra convicción.